:: No a la mina de Borobia ::
La creación de la mina generará graves daños al medio ambiente y al desarrollo sostenible de las poblaciones de las cuencas de los ríos Manubles, Aranda, Ribota e Isuela.
Daños en los acuíferos
La modificación de la actual red fluvial, con desaparición de la misma por alteración de su topografía, conllevará una pérdida relevante del volumen de agua de los ríos Manubles y Aranda.
Tanto las labores mineras, como la planta de tratamiento con hornos de calcinación de la magnesita, requieren importantes volúmenes de agua que finalmente serían detraídos de los caudales circulantes del río. Tristemente, la localidad de Borobia, vería desaparecer los manantiales de los que ha brotado agua desde tiempos inmemoriales.
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Degradación de los ríos
La actividad industrial de la mina, con sus movimientos de tierra, su transporte y acumulación, supone una movilización de partículas que incidirán drásticamente sobre la turbidez del río, dejando de ser un río de agua transparente para ser un río permanentemente turbio.
La posible presencia de elementos químicos en el agua en cantidades indeseables, así como los vertidos, constituirán un riesgo permanente sobre la totalidad de la cuenca del río.
La existencia de balsas mineras podría suponer un riesgo que, en el caso de rotura, afectaría a las personas de la localidad de Borobia y sus alrededores. No tenemos que olvidar acontecimientos recientes en nuestro país y los problemas que ocasionaron poniendo en jaque a la población más próxima, la integridad de los organismos vivos de su entorno y la economía de una zona colindante al Parque Nacional del Coto de Doñana, hablamos de la rotura de las balsas de la mina de Aznalcóllar.
Deterioro del ecosistema
Además de las afecciones a los acuíferos, a los ríos, las emisiones a la atmósfera de la planta de tratamiento, inherente a la actividad minera, tendrá un efecto negativo en las características físico-químicas del agua de lluvia. El aumento de partículas, la modificación del PH, el incremento de magnesio… todo ello alcanzará las tierras de Agreda y el Moncayo, incluido el espacio protegido del Parque Natural.
Extinción de la biodiversidad
El tramo medio y bajo del río rebosa biodiversidad ante la ausencia de agentes contaminantes, ésta es la clave de la presencia de algunos indicadores biológicos como son el mirlo acuático, el martín pescador, o la nutria, todos ellos en la cúspide de la cadena trófica en los medios acuáticos.
La alteración de las comunidades biológicas fluviales constituidas básicamente por organismos bentónicos y planctónicos daría lugar a la desaparición de estas especies indicadoras de ríos vivos y sanos.
La conservación de estas especies indicadoras es incompatible con el impacto ambiental del proyecto minero. Constituyen por lo tanto una garantía de futuro para la calidad de vida y salud de los ciudadanos, y una etiqueta de calidad indispensable de sus productos agrícolas y las actividades turísticas e industriales, de las que presumen sus gentes y todos disfrutamos.
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