[ Oscar Curros y Lara Silbiger ]
–> Entrevista a Patricio Guzmán
“Un país, una región, una ciudad que no tiene cine documental es como una familia sin álbum de fotografías (es decir, una comunidad sin imagen, sin memoria). No me cansaré de repetir esta frase” (sic) (1). Así defiende Patricio Guzmán su compromiso obstinado con el documental.
Este realizador, nacido en Chile en 1941, ha luchado por mantener su actividad como documentalista, incluso a riesgo de su propia vida. Su cabello cano es testigo de esta larga experiencia, en la que se apoya para hablar de cine, seguro de sus palabras. Las gafas añaden a supresencia un poso de gravedad, aunque recordar las películas que lo marcaron durante su juventud, en el Chile de los años 50, despierta su ternura. Una manifestación de la sensibilidad que aplica a todos sus trabajos.
En la década de los 70, la elección democrática de Salvador Allende como presidente de la República le hizo sentir la necesidad de registrar el fervor revolucionario de la experiencia socialista. De aquel vínculo nació El primer año, una película sobre el comienzo del mandato de Allende. Con un pequeño equipo, y ayudado por el documentalista francés Chris Marker, continuó filmando hasta el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973. El alzamiento –apoyado por EEUU- acabó con la vida del Presidente chileno, y dio el poder a la Junta Militar de Gobierno. Guzmán fue amenazado de fusilamiento y pasó dos semanas encarcelado en el Estadio Nacional, pero consiguió huir de Chile y sacar el material en bruto del país a través de la embajada de Suecia.
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Augusto Pinochet fue nombrado jefe supremo del Estado, y la policía militar secuestró y desapareció al cámara Jorge Müller Silva, que había grabado con Guzmán La batalla de Chile. La trilogía se gestó a lo largo de varios años en el exilio, en Cuba, gracias a la colaboración del ICAIC. En 1975, se estrenó La insurrección de la burguesía; al año siguiente, El golpe de estado; y, por último, en 1979, El poder popular. Para Jorge Ruffinelli, “lo más notable de La batalla de Chile no terminó con su filmación. Fue también el hecho de que la película no consiguiera su forma ni su significación totales hasta que se completó con su tercera parte” (2).
Guzmán regresó a su país natal en 1986. En la clandestinidad, rodó En nombre de Dios, una película sobre la resistencia de la Iglesia Católica chilena en defensa de los derechos humanos. Diez años después, filmó Chile-La memoria obstinada, un reencuentro con escenarios y personajes de La batalla de Chile. Entre 1999 y 2001, realizó El caso Pinochet, donde abordó, además del proceso judicial, la cuestión de la tortura.
La democracia fue restaurada en 1990, tras dieciséis años de dictadura militar. Pero la televisión chilena nunca emitió ninguno de los documentales de Guzmán, quien todavía sigue trabajando sobre la temática nacional. Está montando una película sobre Salvador Allende, a quien considera “una figura del futuro y de una terrible actualidad” (3). El próximo 11 de septiembre se cumplirá el trigésimo aniversario del golpe de Estado, un factor decisivo para los productores.
NOTAS
1 GUZMÁN, PATRICIO. La explosión del documental. Seminario de Cine Documental. París, 1998, revisado en 2002.
2 RUFFINELLI, JORGE. Patricio Guzmán, cámara en mano, cabeza y corazón. Cinemas d’Amerique Latine, Toulouse, 2001. También disponible, del mismo autor, Patricio Guzmán. Ed. Cátedra, Madrid, 2001.
3 GUZMÁN, PATRICIO. Pre-guión de la película, inédito.
Selección filmográfica:
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– La batalla de Chile (Trilogía, 272 minutos, 1973-1979). Ganó seis Grand-Prix en Europa y América Latina. Fue distribuida en salas comerciales de 35 países.
– La cruz del sur (Largometraje, 1989-1992). Grand-Prix, Marseille 92.
– Pueblo en vilo (Largometraje, 1995).
– Chile, la memoria obstinada (Largometraje, 1996-97). Golden Gate Award en San Francisco 98.
– La isla de Robinson Crusoe (Mediometraje, 1999).
– El caso Pinochet (Largometraje, 1999-2001). Grand-Prix, Marseille 01
– Madrid (Mediometraje, 2002).