[ Nuria G. Sarralde ]
Hoy por hoy, ser lo que se considera un buen escritor no es tarea fácil, y ser escritor de best-sellers mucho menos. En primer lugar, para escribir no sólo hay que tener una base literaria perfecta y una facultad narrativa sin par, sino que también es necesaria una buena trama, y para que esa trama no haga agua por todas partes ha de ser todo lo verídica que se pueda lograr (incluso si es de ciencia ficción: el autor tendrá que dar tantos argumentos y aclaraciones como le vengan a la cabeza para lograr que el lector se vea dentro de la trama, y no flotando alrededor de ella). Por si fuera poco complicado por sí mismo escribir acerca de temas cotidianos de la vida, muchos autores deciden además especializarse y escribir sobre temas concretos. Esto requiere o bien un arduo trabajo de investigación en ese campo, o emplear pequeños trucos que todos escondemos en la manga: ser cocineros antes que frailes. Es decir, si yo soy abogado, y lo sé todo acerca de los abogados, ¿por qué escribir historias de médicos, acerca de los cuales no sé nada? Dedicamos nuestro artículo a estos autores contemporáneos que se dedican a hacer literatura de su profesión, abriendo así nuevos horizontes de conocimiento.
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John Grisham: abogado
Cuando este hombre descubrió que podía ganarse la vida de mejor manera escribiendo acerca de su profesión que ejerciéndola, decidió colgar la toga y coger la pluma. John Grisham es un caso único en la literatura, es el rey Midas de la narrativa: todo lo que toca lo convierte en best-seller, y en película. Lo que personalmente más me gusta de sus libros es que, a cincuenta páginas del final, la historia ha dado tantas vueltas y ha sufrido tantos cambios que nunca puedo hacerme una mínima idea de cómo va a acabar. Sus finales siempre me sorprenden, cosa que no muchos autores consiguen.
Otro factor a tener en cuenta es el papel de la mujer en sus historias. Siempre hay una mujer por medio sin la cual todo hubiera resultado imposible de realizar. Tanto en «La tapadera» como en «Tiempo de matar» o «El informe Pelícano», por nombrar algunos, aparece esa mujer inteligente y con iniciativa, desenvuelta, que sabe lo que tiene que hacer y lo hace sin titubeos. Y hablando de inteligencia, ¿no es acaso ésta la clave del éxito de sus personajes? Las tramas que urden son tan perfectas que nadie podría descubrirlas hasta el final. Simplemente perfecto.
Además de todo esto, a John Grisham le gusta emplear lo que yo denomino, para sus obras y en exclusiva, «la tercera persona». La tercera persona es ese alguien casi insignificante que pasaba por allí y se paró a ayudar, por un motivo u otro, pero sin el cual nunca podría haberse llevado a cabo la empresa con éxito. Con ello, John Grisham parece decirte que tú solo no puedes llegar muy lejos, tienes que confiar en alguien para conseguirlo. Creo que tiene razón.
Michael Crichton: médico
Y digo médico por decir algo. Las múltiples profesiones de este hombre a lo largo de su vida son sorprendentes: profesor de medicina, guionista y director de cine y TV, ensayista, novelista… ¿para qué seguir? Digamos que podría escribir acerca de todo, pero en esta ocasión sólo nos vamos a centrar en lo que a la profesión de médico se refiere.
Los trabajos de investigación de Michael Crichton son excelentes. ¿Quién no ha visto o leído «Parque Jurásico», sin ir más lejos? Este autor consigue hacer de la profesión de médico investigador una auténtica aventura. Expresa sus conocimientos de tal manera que llega a alcanzarte con ellos, en lugar de asfixiarte con ellos. Apoya todos sus argumentos con tal cantidad de datos que, en fin, yo siempre termino preguntándome, al finalizar la historia, si eso ha pasado en realidad o simplemente se lo acaba de inventar. Recuerdo que al concluir la lectura de «Congo» terminé buscando Zinj en un atlas, de tan verídica como me pareció. Lástima que siempre destruya todas sus pruebas…
Robin Cook: médico
Las diferencias con Michael Crichton son múltiples: Crichton habla de medicina en sus libros, las obras de Cook vienen siempre determinadas por la medicina; los libros de Crichton son de aventuras, los de Cook de terror y suspense. Tras leer a Crichton la medicina puede llegar a parecerte un campo apasionante, tras leer a Cook te preguntas si realmente quieres ingresar en el hospital para que te extirpen un callo del pie.
A pesar de escribir siempre sobre médicos y medicina, sus libros no se hacen pesados, sino inquietantes. El halo de misterio que envuelve a los personajes y sus acciones, las complicadas tramas de intereses ocultos y la cara oculta de la medicina que muestra son factores más que suficientes para convertirlo en un hábil narrador de best-sellers. Obras como «Coma», «Terminal» y «La manipulación de las mentes» así lo demuestran.
De modo que ya sabéis: si vuestra profesión os aburre, no os llena, os pagan mal y sois unos genios con la pluma, con una imaginación desbordante, quizá fuera hora de sacar partido a todas esas horas de libro bajo el flexo y escribir una novela acerca de lo que con tanto esfuerzo y tesón lograsteis meteros en la cabeza. ¿Quién sabe? Lo mismo paséis a engrosar esta lista.