Iguazú es un proyecto al que dedico buena parte de mi tiempo libre. Horas y horas que desaparezco detrás de la pantalla del ordenador. Viajes de un sitio a otro, que si la subvención, que si la presentación… A veces me desanimo y pienso que no compensa, que no sé muy bien por qué lo hago, que no sólo es el tiempo que «robo» a mi vida personal, que es también el tiempo de las personas que me rodean y me quieren, a quienes siempre tengo miedo de desplazar en mi afán de sacar esta revista adelante… A veces me canso, mucho, y pienso que este Iguazú será el último, que no tiene sentido empeñarse en sacar uno más, que para qué, que ya son muchos años, que cómo sería mi vida sin la revista, que si la revista no será sólo un escudo tras el que me protejo, un cristal desde el que mirar el mundo…
Pero a veces sucede el milagro, y me llegan palabras como éstas, y entonces todo se me olvida, y me dan ganas de llamar a Abel («mi secretario») y decirle «estamos haciendo algo bonito», y pienso que sí, que si Iguazú hace compañía a una sola persona, entonces todo merece la pena…
Muchas gracias a «Acrobatas«, a quien no conocía, y que me envío estas palabras justo en el momento adecuado:
Este verano, y aunque no venga a cuento (pero sí), está siendo un verano completamente distinto y raro para mi, y me he refugiado más que nunca en mis libros, mis lecturas, mis momentos de soledad nocturna (y diurna), mis canciones y mis escritos (los de papel y pluma). Seguro que no entiendes por qué te estoy explicando todo esto pero necesito contarlo tal cual. Muchas noches, entre cigarro y cigarro, abría Iguazú y leía algo. La he ido leyendo así, poco a poco, saboreando cada una de las páginas y la verdad es que me he enamorado por completo de la revista.
Después, en estos días en los que me siento más dispersa que nunca, he vuelto a abrirla y he releído las cosas que más me habían gustado. Para empezar, me he hecho mía la última frase del «Pensando… (Contar estrellas«) : «En septiembre todo empieza y todo se escapa», ¡qué frase más acertada y real! Luego, en cada página hay algo de magia. El texto de Emilio, por ejemplo, lo he leído muchas veces, me encanta. La entrevista a Ana María Matute, el poema de Sonia R. Fides, «Aunque sea mentira» de Carol Blenk, las fotografías de Santiago Calero, «Antonio y ‘El estudiante‘» y «Macondo era el perro de mi abuelo» me emocionó sobremanera… todo el conjunto me pareció muy bueno. Gracias.
Lentejas
son palabras muy bonitas a la altura de la revista,
ánimo! ya pienso en tener entre mis manos el nuevo
número y otras cosa …(hi,hi,hi)
acróbatas
Lo escribí tal cual lo sentía…
Ya estoy deseando tener el nuevo número entre las manos.
Un beso.
SONIA
Gracias acróbatas por la parte que me toca, gracias por leer mi poema. Y te aseguro que la nueva revista te va a encantar. Nuria hace un trabajo fabuloso y esta revista con los años será un clásico.
Saludos
Sonia R. Fides